Mi psiquiatra dice que estoy loco

«Mi psiquiatra dice que estoy loco»

 

Frase típica y tópica de todo aquel o aquella que teniendo algún trastorno mental, confunde la locura con dicho trastorno.

Es algo culturalmente lógico ya que a lo largo de la Historia, los trastornos mentales han sido vistos como un proceso de locura, a veces temporal, a veces permanente.

Trastornos mentales

Ya en la cultura griega A.C. , de la cual nació la idea de «enfermedad mental«, la dotó de una explicación demonólogica.  Filósofos griegos dedicaron mucho tiempo de su pensamiento a intentar entender la «locura», para unos todo se trataba de algo físico: si en el cerebro se halla la razón, el cerebro funciona mal. Para otros, que fusionaban la razón con el alma, existían dos tipos de enfermedad: la física y la mental, que más que locura, era una «inspiración divina».

Más tarde llegaron otras culturas para definir el concepto de locura; los árabes, los cristianos… nos hacemos una idea, viendo el resultado en el siglo XXI, del daño -irreparable en mi opinión, hasta el día de hoy- que hicieron estas ideologías tan radicales y tan superficiales a la vez.

Y es por esto, que aún hoy, se piensa que cualquiera que tenga un trastorno mental, es un loco. 

 

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¿Realmente creéis que alguien con un trastorno o enfermedad mental está loco? 

 

¿Cuál es exactamente para vosotros y vosotras el concepto de locura? (os dejo un rato para que lo penséis).

Piensa


Espero que haya sido tiempo suficiente…

Ciertamente nuestro cerebro es muy complicado y muy particular. Su complejidad no ha impedido, sin embargo, que se puedan estudiar las conductas, emociones, sensaciones, sentimientos y síntomas fisiológicos, que se producen cuando se padece algún tipo de trastorno o enfermedad mental.

También ha existido históricamente la lucha entre lo fisiológico y lo mental, como algo separado. Si en tu cerebro algo va mal, es por causa fisiológica. Bueno, en parte tienen razón. Hay una parte fisiológica en todo trastorno, pero también una parte mental.

Pero…. a lo que vamos…

 

¿Os habéis preguntado cómo hacen psicólogos y psiquiatras para diagnosticar las enfermedades mentales?

 

Cuando los médicos tienen que medicar, busca detenidamente en un libro llamado Vademecum. En él encuentra todos los medicamentos del mercado farmacéutico con los componentes y cantidades, sus incompatibilidades, etc…

Pues los psicólogos y psiquiatras disponen de unos orientadores basados en síntomas, tiempos y conductas. 

Esos orientadores se llaman CIE y DSM:

CIE: Clasificación Internacional de las Enfermedades

DSM: Diagnostic and Statistical Manual

DSM5

Ambos orientadores sirven para diagnosticar de la forma más precisa hoy día, qué tipo de trastorno o enfermedad mental padece una persona. Así, al psiquiatra le será más fácil diagnosticar y tratar, al psicólogo le será más fácil hacer la terapia y a la persona, le será más fácil vivir.

De repente, (bueno, a lo largo de años y años de estudios e investigaciones científicas), nos encontramos con que podemos determinar qué tipo de trastorno o enfermedad mental padece una persona y podemos encontrar el tratamiento adecuado, -algo que también se lleva estudiando años y años-, para que esa persona pueda llevar una vida normal.

Tanto la CIE como el DSM, han ido evolucionando según lo hacía la investigación científica. Y ahora mismo psiquiatras y psicólogos de todo el mundo utilizan las versiones CIE-11 y DSM-5. 

¿Cómo se diagnostica con estos «ayudantes»?

 

Básicamente: 

1– Se recogen categorías diagnósticas

2– Se describen las categorías

3– Se dan una serie de criterios a cada categoría. De estos criterios te especifican cuál es el número mínimo que se deben cumplir para poder diagnosticar el trastorno determinado.

Quizá se entienda mejor con un ejemplo:

Ansiedad y pánico

Trastorno de ansiedad:

  • Definición: presencia predominando de síntomas de ansiedad, siendo éstos irracionales y excesivamente intensos, persistentes y perturbadores para la persona.
  • Categorías, subcategorías y criterios:
    • Trastorno de pánico – con y sin agorafobia –
    • Ataque de pánico – con sus distintos tipos –
    • Fobias
    • Trastorno de ansiedad generalizada (TAG)
    • Trastornos asociados a factores biológicos
    • Trastornos de ansiedad de separación (TAS)
  • Una vez hecha la categorización, se procede a construir el síndrome (número de síntomas que se pueden dar cuando se padece el trastorno). Por ejemplo, en un ataque de pánico y según el DSM IV, el síndrome queda definido como un episodio de intenso miedo o molestia, durante el cual, y alcanzándose el pico a los 10 minutos aproximadamente, se dan al menos 4 de estos síntomas:
    • Palpitaciones
    • Sudoración
    • Temblores
    • Sensación de respiración dificultosa o ahogo
    • Sensación de atragantarse
    • Dolor o molestias en el pecho
    • Náuseas o malestar abdominal
    • Sensación de vértigo, inestabilidad, mareo o desmayo
    • Sensación de irrealidad o despersonalización
    • Miedo a perder el control o volverse loco
    • Miedo a morir
    • Sensación de entumecimiento y hormigueo
    • Escalofríos o sofocaciones
  • Delimitación del trastorno de pánico: todos hemos podido pasar alguna vez por esta situación, hemos tenido un ataque de pánico de forma puntual, pero no por ello seremos diagnosticados de trastorno de pánico ni de ansiedad. Para ser diagnosticado, tienen que estar dentro de una serie de delimitaciones:
    • Requiere que existan ataques de pánico inesperados, recurrentes y que al menos un ataque hay estado seguido durante al menos un mes de: 
      • quejas recurrentes de tener nuevos ataques – te preocupa que allá donde vayas te pase
      • preocupación por los ataques y sus consecuencias – me va a dar un infarto o algo
      • cambio significativos en las conductas de la persona – no tomo sustancias que me hagan sentirme así, sale solo, no sé cuándo, ni dónde, ni con quién. Me quedo en casa y no salgo por si acaso. Me daré de baja en el trabajo. Que algún amigo o vecino me traiga la compra…

Como vemos, estos orientadores, son fundamentales en psiquiatría y psicología porque también orientan a los profesionales cuando hay mejoría de síntomas o desaparece un síndrome o parte de él. Orientan para hacer una valoración de respuesta a terapia y tratamiento, y si es necesario, hacer algún cambio.

Amigos y amigas, no sufrimos locura, padecemos trastornos y enfermedades mentales, como padecemos otros trastornos y enfermedades fisiológicas.


Una pregunta importante:

 

¿Si acudes al médico cuando sufres dolores de cabeza continuados o tienes problemas digestivos recurrentes…. por qué no acudes al psicólogo o al psiquiatra cuando tu trastorno o enfermedad mental no te permite vivir?

Pensadlo.

Pronto os escribo sobre los tratamientos para los trastornos mentales, veréis que no es droga todo lo que reluce.

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