Estos fármacos son una locura- Parte II. La Dopamina

Continuamos el hilo sobre los psicofármacos con el que intento explicar de forma breve pero concisa, qué son y cómo funcionan los fármacos que nos receta nuestro psiquiatra y también nuestro médico de cabecera cuando nos encontramos un poquito diferentes anímicamente y esa diferencia no nos permite llevar una vida normal.

Es importante, cuando se nos receta algún psicofármaco, que no nos fijemos en el nombre que tienen en el mercado sino en la composición, que es la que realmente nos informa de la molécula que vamos a ingerir. Esto nos permitirá conocer mejor qué es lo que hace ese fármaco, cómo funciona, qué efectos secundarios va a tener y el por qué de esos efectos.

Lexatin (Bromazepam)            Sertralina

Lexatin es la marca, Bromazepam es la molécula. Otros fármacos son genéricos y directamente ponen el nombre de la molécula, como el caso de la Sertralina.

Pues bien, hoy  me gustaría comentaros sobre una de las sustancias, neurotransmisores, que circulan por esas «carreteras» que os comenté en el post anterior.

DOPAMINA

 

Las neuronas que la utilizan se llaman neuronas dopaminérgicas

Vías dopaminérgicas 

La dopamina, para muchos la felicidad en forma de sustancia química, es un neurotransmisor fundamental, no sólo para nuestro estado anímico, sino también para enfermedades mentales como la esquizofrenia o el Parkinson.

Tener los niveles adecuados de dopamina es fundamental para encontrarnos llenos de energía, con ganas de hacer cosas, optimistas y con esa sensación de «living la vida loca». Te ayuda a concentrarte ante un trabajo importante y hace que sufras menos al realizar algún tipo de ejercicio.

La falta de dopamina provoca la enfermedad del Parkinson y también depresión. El exceso, provoca un subidón excesivo de energía que nos causa problemas motores. También es causa de psicosis en esquizofrenia y trastorno bipolar.

 

¿A qué se debe ese déficit o exceso de dopamina?

 

Pues a que algo falla en las vías dopaminérgicas. O están hiper activadas o están hipo activadas. Esta hiper o hipo activación se debe normalmente a causas genéticas o fallos en un momento determinado en su funcionamiento, pero las consecuencias son importantes y difíciles de tratar.

Los fármacos que toman pacientes con este tipo de trastornos o enfermedades, lo que hacen es regular las vías dopaminérgicas para encontrar el equilibrio en la cantidad de dopamina que se encuentre por nuestro cerebro.

 

¿Qué fármacos nos regulan las vías dopaminérgicas?

 

Los antipsicóticos.

Hay dos tipos, porque la Ciencia avanza que es una barbaridad, y van mejorando los fármacos para que los efectos secundarios, tan desagradables, sean más leves o desaparezcan.

Tenemos los antipsicóticos convencionales y los atípicos, llamados así porque fueron descubiertos más tarde que los típicos antipsicóticos de toda la vida.

Algunos ejemplos de antipsicótico convencional: CLORPROMACINA o HALOPERIDOL

Algunos ejemplos de antipsicótico atípico: QUETIAPINA, OLANZAPINA, RISPERIDONA, ARIPRIPAZOL

 

¿Qué diferencia a unos de otros?

 

Los antipsicóticos convencionales tienen más efectos secundarios que los atípicos, que para eso se avanza en investigación, para mejorar la vida y la salud de las personas.

Pero hay otras diferencias sustanciales, los convencionales sólo sirven para tratar la psicosis, mientras que los atípicos pueden utilizarse para tratar otros trastornos.

 

¿Cómo funcionan?

Antipsicóticos Stahl

 

Stephen Stahl, profesor adjunto de Psiquiatría de la Facultad de Medicina de San Diego y profesor invitado honorario en Psiquiatría en la Universidad de Cambridge, lo explica muy fácilmente con sus sencillas y llamativas ilustraciones.

Imaginad que cada bolita que se ve en la foto de arriba fuera el fármaco que tomáis, las «herramientas» que sobresalen de ellas, tipo multiusos, son como llaves que conectan con las cerraduras de las neuronas. De forma que, dependiendo del resultado que se quiera obtener, se unirá a la neurona con una llave determinada para activarla o desactivarla (para abrir o cerrar la puerta). 

El antipsicótico convencional está especializado en las cerraduras de dopamina, mientras que el atípico puede abrir o cerrar varias puertas. El problema de los atípicos….que abren y cierran varias puertas a la vez y claro, esto  provoca efectos secundarios, es decir, que por un lado estoy solucionando un problema, pero a la vez, estoy causando otro. 

¿Cómo se resuelve? Pues normalmente, cambiando las dosis y/o introduciendo algún otro fármaco que compense los efectos secundarios.

Es lioso y difícil para un médico conseguir estabilizar a una persona con un trastorno o enfermedad mental, os podéis imaginar. Conlleva tiempo, pruebas y muchas visitas al psicólogo y psiquiatra. Pero vale la pena si nos lo planteamos como un medio para conseguir ser un poco más felices y poder llevar la vida que queremos y merecemos. 

Ante todo, hay que tomar la medicación, lo que se denomina ADHERENCIA AL TRATAMIENTO, ya que si no se toma como se debe, no sólo no habrá mejoría sino que se empeorará el problema. 

Si estás tomando algún psicofármaco y te encuentras mejor, jamás lo dejes de tomar por iniciativa propia. El profesional de tu salud mental te asesorará si debes dejarlo, cuándo debes hacerlo, cómo has de dejarlo o si debes continuar más tiempo tomándolo. 

 

¡¡NO LO OLVIDES!!
No lo tomas porque estás bien, pero estás bien porque lo tomas

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